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Biografia de Charles Chaplin

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La llama de la atencion.Jiddu Krishnamurti.

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Serás "Hombre"

"Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila cuando todo a tu lado es cabeza perdida.

Si tienes en ti mismo una fe que te niegan y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.

Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.

Si engañado no engañas; si no buscas más odio que el odio que te tengan.

Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres.

Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.

Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo.

Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.

Si tropieza el triunfo; sí llega tu derrota y a los dos impostores los tratas de igual forma.

Si logras que se sepa la verdad que has hallado, a pesar del sofisma del orbe encanallado.

Si vuelves al comienzo de la obra perdida aunque esta obra sea la de toda tu vida.

Si arriesgas en un golpe, y lleno de alegría, tus ganancias de siempre a la suerte de un día; y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea, sin decir nada a nadie de lo que es y lo que eras.

Si logras que tus nervios y el corazón te asistan, aún después de su fuga de tu cuerpo en fatiga.

Y se agarren contigo, cuando no quede nada, porque tú lo deseas, y lo quieres y mandas.

Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.

Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.

Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida.

Si todos te reclaman y ni uno te precisa.

Si llenas el minuto inolvidable y cierto de sesenta segundos que te llevan al cielo... todo lo de esta tierra será de tu dominio, y mucho más aún: Serás "HOMBRE", hijo mío."(Rudyard Kipling.)

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Madre Teresa de Calcuta.

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MADRE TERESA DE CALCUTA
1910-1997

¿Quién es Jesús?

«Para mí, Jesús es
El Verbo hecho carne.
El Pan de la vida.
La víctima sacrificada en la cruz por nuestros pecados.
El Sacrificio ofrecido en la Santa Misa por los pecados del mundo y por los míos propios.
La Palabra, para ser dicha.
La Verdad, para ser proclamada.
El Camino, para ser recorrido.
La luz, para ser encendida.
La Vida, para ser vivida.
El Amor, para ser amado.
La Alegría, para ser compartida.
El sacrificio, para ser dado a otros.
El Pan de Vida, para que sea mi sustento.
El Hambriento, para ser alimentado.
El Sediento, para ser saciado.
El Desnudo, para ser vestido.
El Desamparado, para ser recogido.
El Enfermo, para ser curado.
El Solitario, para ser amado.
El Indeseado, para ser querido.
El Leproso, para lavar sus heridas.
El Mendigo, para darle una sonrisa.
El Alcoholizado, para escucharlo.
El Deficiente Mental, para protegerlo.
El Pequeñín, para abrazarlo.
El Ciego, para guiarlo.
El Mudo, para hablar por él.
El Tullido, para caminar con él.
El Drogadicto, para ser comprendido en amistad.
La Prostituta, para alejarla del peligro y ser su amiga.
El Preso, para ser visitado.
El Anciano, para ser atendido.
Para mí, Jesús es mi Dios.
Jesús es mi Esposo.
Jesús es mi Vida.
Jesús es mi único amor.
Jesús es mi Todo. »

LA MAYOR ENFERMEDAD
"La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino mas bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad."

LA FAMILIA
"La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias. Si queremos sembrar alegría en derredor nuestro precisamos que toda familia viva feliz."

DE LA ORACION A LA PAZ:
El fruto del silencio es la oración

El fruto de la oración es la fe
El fruto de la fe es el amor
El fruto del amor es el servicio
El fruto del servicio es la paz

EN LA MUERTE
"En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo. Este amor debe resultar del sacrificio de sí mismos y ha de sentirse hasta que haga daño."

UNA SONRISA

Una sonrisa en los labios alegra nuestro corazón,
conserva nuestro buen humor,
guarda nuestra alma en paz,
vigoriza la salud,
embellece nuestro rostro
e inspira buenas obras.

Sonriamos a los rostros tristes,
tímidos, enfermos, conocidos,
familiares y amigos.

Sonriámosle a Dios con la aceptación
de todo lo que El nos envié y
tendremos el merito de poseer
la mirada radiante de su rostro
con su amor por toda la eternidad.

Las palabras de Cristo son muy claras,
pero debemos entenderlas como una
realidad viviente, tal como El las propuso.
Cuando El habla de hambre,
no habla solamente del hambre de pan,
sino hambre de amor, hambre de ser
comprendido, de ser querido.

El experimentó lo que es ser rechazado porque
vino entre los suyos y los suyos no lo quisieron.
Y El conoció lo que es estar solo,
abandonado, y no tener a nadie suyo.

Esta hambre de hoy, que esta rompiendo vidas en todo el mundo destruyendo
hogares y naciones, habla de no tener hogar, no solamente un cuarto con
techo, pero el anhelo de ser aceptado, de ser tratado con compasión, y que
alguien abra nuestro corazón para recibir al que se sienta abandonado.

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Conferencias de Krishnamurti.

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El Apostol en Cayo Hueso.

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Vida y pensamiento de Mahatma Gandhi

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    Carta de un Jefe Indio al Presidente de los Estados Unidos.

El presidente envía desde Washington la noticia de que desea comprar nuestras tierras. Pero ¿cómo se puede comprar o vender el cielo? ¿O la tierra? Es una idea extraña para nosotros. Si no somos propietarios de la frescura del aire ni del centelleo del agua, ¿cómo nos los podéis comprar?

Cada trozo de tierra es sagrado para mi pueblo. Cada aguja de pino reluciente, cada playa arenosa, cada niebla en los bosques oscuros, cada prado, cada insecto con su zumbido. Todos ellos son sagrados en el recuerdo y en la experiencia de mi pueblo.

Conocemos la savia que discurre por el árbol igual que conocemos la sangre que discurre a través de nuestras venas. Formamos parte de la Tierra y ella forma parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas. El oso, el ciervo, la gran águila, estos son nuestros hermanos. Las crestas rocosas, la hierba del prado, el calor del cuerpo del pony y del hombre, todos pertenecemos a la misma familia.

El agua que brilla mientras se abre paso por las corrientes y los ríos, no es tan sólo agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos nuestras tierras, debéis recordar que son sagradas. Cada uno de los fantasmales reflejos de las aguas claras de los lagos nos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Los ríos son nuestros hermanos. Apagan nuestra sed. Llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Debéis, pues, tratar a los ríos con la bondad con que trataríais a mi hermano.

Si os vendemos nuestras tierras, recordad que el aire es para nosotros precioso, que el aire comparte su espíritu con todas las formas de la vida que en él existen. El viento que dio a nuestro abuelo su primer aliento recibe también su ultimo suspiro. El viento da también el espíritu de vida a nuestros hijos. Por lo tanto, si os vendemos nuestras tierras debéis mantenerlas aparte y tratarlas como un lugar sagrado adonde el hombre pueda acudir para gustar el viento endulzado por las flores de los prados.

¿Enseñareis a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros? ¿Les enseñareis que la tierra es nuestra madre? Lo que acontece a la Tierra, acontece también a todos los hijos de la Tierra.

Sabemos esto: que la Tierra no pertenece al hombre sino éste a la Tierra. Todas las cosas están entrelazadas, como la sangre que nos une a todos. El hombre no tejió la trama de la vida, es simplemente un hilo en ella. Lo que el hombre le haga a esta trama de la vida se lo hace a sí mismo.

Sabemos una cosa: nuestro Dios es también vuestro Dios. La Tierra es para Él preciosa y, dañarla, es tratar con un gran desprecio a su Creador.

Vuestro destino es un misterio para nosotros. ¿Que sucederá cuando todos los búfalos hayan sido muertos? ¿Y todos los caballos domados? ¿Que sucederá cuando los rincones secretos del bosque estén cargados de aroma de muchos hombres y la vista de las colinas maduras enturbiada por los hilos parlantes? ¿Dónde estará el matorral? ¡Habrá desaparecido! Y, ¿qué significará decir adiós al veloz pony y a la caza? El final de la vida y el comienzo de la supervivencia.

Cuándo el ultimo piel roja haya desaparecido junto con sus espacios naturales y su recuerdo sea tan sólo una sombra de nube que se mueve por la pradera, ¿seguirán aquí estas costas y estos bosques? ¿Qué quedará del espíritu de mi pueblo?

Amamos esta Tierra como el recién nacido ama el latido de su madre. Por lo tanto, si os vendemos nuestras tierras, amadlas como nosotros las hemos amado. Cuidadlas como nosotros las hemos cuidado. Guardad en el pensamiento el recuerdo de las tierras tal como las habéis recibido. Preservad la Tierra para todos los niños y amadla como Dios nos ama a todos.

Del mismo modo que nosotros somos parte de la Tierra, también vosotros. Esta Tierra es para nosotros preciosa. También lo es para vosotros. Una cosa sabemos, solo hay un Dios. Ningún hombre, ya sea piel roja o blanco, puede estar separado del otro. Porque somos todos, al fin y al cabo, hermanos.

Sai Baba.Discursos.

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Sai baba.Discursos.

Sai baba.Discursos

Comentarios sobre la YOGA. Prabhupada.

Estudios sobre Kabalah.

Comentarios sobre la bhakti.

El circo de la contienda humana

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“Afortunado el hombre que nada es.”
Cartas a una joven amiga.

Entre 1948 y principios de los años 60, Krishnaji era fácilmente accesible y mucha gente venía a verle. Las relaciones florecían en los paseos, en las entrevistas personales, a través de cartas. Las cartas que siguen las escribió a una joven amiga que llegó a él herida en cuerpo y mente. Escritas entre junio de 1948 y marzo de 1960, revelan una rara compasión y claridad; se despliegan en ella la enseñanza y el poder curativo; desaparecen la separación y la distancia; las palabras fluyen; ni una sola palabra es superflua; la curación y la enseñanza son simultáneas:

"Sea dúctil mentalmente. El poder no radica en la firmeza y en la fuerza, sino en la flexibilidad. El árbol flexible aguanta el ventarrón. Adquiera el poder de una mente rápida.

La vida es extraña, tantas cosas ocurren inesperadamente; la mera resistencia no resolverá ningún problema. Uno necesita tener infinita flexibilidad y un corazón sencillo.

La vida es el filo de una navaja y uno ha de recorrer ese sendero con cuidado exquisito y dúctil sabiduría.
La vida es muy rica, tiene tantos tesoros, y nosotros la afrontamos con los corazones vacíos; no sabemos cómo llenar nuestros corazones con la plenitud de la vida. Somos pobres internamente, y cuando se nos ofrecen riquezas, las rechazamos. El amor es algo peligroso, trae consigo la única revolución que da completa felicidad. Y así muy pocos de nosotros somos capaces de amar, pocos queremos amar. Amamos en nuestros propios términos, haciendo del amor una cosa comerciable. Tenemos la mentalidad mercantil y el amor no es comerciable, no es un asunto de toma y daca. Es un estado del ser en que se resuelven todos los problemas humanos. Vamos al pozo con un dedal, y así la vida se vuelve una cosa vulgar, pequeña y mezquina.

¡Qué exquisito lugar podría ser la tierra, con tanta belleza como hay, tanta gloria, tanta imperecedera hermosura! Estamos atrapados en el dolor, y no nos importa poder salirnos de él, aun cuando alguien nos esté señalando una salida.

No sé, pero uno está ardiendo de amor. Hay una llama inextinguible. Uno tiene tanto de ese amor que desea darlo a todos, y lo hace. Es como un río poderoso que fluye, nutriendo regando cada ciudad y aldea por las que pasa; se contamina, la suciedad del hombre entra en él, pero las aguas se purifican pronto y rápidamente prosigue su curso.

Nada puede estropear el amor, porque todas las cosas se disuelven en él; las buenas y las malas, las feas y las bellas. Es la única cosa que tiene su propia eternidad.

¡Los árboles se veían tan majestuosos, tan extrañamente impenetrables a las calles asfaltadas y al tráfico! Sus raíces se hundían muy abajo, en lo profundo de la tierra, y sus copas se alargaban a los cielos. Nosotros tenemos nuestras raíces en la tierra, y tiene que ser así, pero nos adherimos a la tierra; sólo unos pocos se elevan a los cielos. Son las únicas personas creativas y felices. Las demás se destruyen y se dañan unas a otras sobre esta tierra tan hermosa; con injurias y también con habladurías.
Sea abierta. Viva en el pasado si tiene que hacerlo, pero no luche contra el pasado; cuando el pasado llega, mírelo; no lo aparte de sí ni se aferre a él demasiado. La experiencia de todos estos años, el dolor y la felicidad, los desastres lamentables y los destellos que en usted suscitó la separación, la sensación de lejanía, todo esto habrá de enriquecerla y agregará belleza a su vida. Lo que importa es lo que tiene usted en su corazón; y puesto que eso desborda, lo tiene todo, usted es todo.

Esté alerta a todos sus pensamientos y sentimientos, no deje que ninguno de ellos se escabulla sin que usted lo advierta y absorba su contenido. Absorber no es la palabra, sino ver, ver todo el contenido del pensamiento-sentimiento. Es como entrar en una habitación y ver todo el contenido de la misma de una sola vez, su atmósfera y sus espacios. Ver los propios pensamientos y estar atento a ellos, lo vuelve a uno intensamente sensible, flexible y alerta. No juzgue ni condene, sólo esté muy alerta. De la separación de las impurezas, surge oro puro.
Ver “lo que es” resulta realmente muy arduo. ¿Cómo observa uno claramente? Un río, cuando se encuentra con una obstrucción, nunca está quieto; el río demuele la obstrucción por su propio peso, o pasa por encima de ella o encuentra su camino por debajo o alrededor del obstáculo; el río nunca está quieto; no puede sino actuar. Se rebela, si podemos expresarlo así, inteligentemente.

Uno debe rebelarse inteligentemente y aceptar inteligentemente “lo que es”. Para percibir “lo que es”, tiene que existir el espíritu de la rebelión inteligente. A fin de no confundirse, se necesita cierta inteligencia; pero uno está generalmente tan ansioso por conseguir lo que desea, que se arroja contra el obstáculo; o se destroza contra él o queda exhausto en su lucha contra él. Ver la cuerda como cuerda no requiere valor, pero confundir la cuerda con una serpiente y luego observar, eso sí que requiere valor. Uno tiene que dudar, investigar siempre, ver lo falso como falso. Uno obtiene el poder de ver claramente, mediante la intensidad de la atención; verá usted que ese poder llega.

Hay que actuar, el río jamás deja de actuar, está siempre activo. Para actuar, uno tiene que hallarse en estado de negación; esta negación misma trae su propia acción positiva. Pienso que el problema es ver claramente; entonces esa percepción misma es la que genera su propia acción. Cuando hay flexibilidad, no existe el problema de acertar o equivocarse.
Uno tiene que estar muy claro internamente. Le aseguro que entonces todo saldrá bien; sea clara y verá que las cosas se ordenan correctamente por sí mismas sin que usted haga nada al respecto. Lo correcto no es lo que corresponde a nuestros deseos.
Tiene que haber una completa revolución, no sólo en las grandes cosas, sino en las pequeñas cosas de todos los días. Usted ha tenido esa revolución, no vuelva a lo de antes, manténgase ahí. Mantenga la caldera hirviendo –internamente.

Espero que haya pasado una buena noche, que la salida del sol a través de su ventana haya sido agradable, y que pueda ver apaciblemente las estrellas nocturnas antes de ir a dormir. Qué poco conocemos del amor, de su extraordinaria ternura y de su “poder”, con qué facilidad usamos la palabra amor; la usa el general, la usa el carnicero; el hombre rico la usa y la usan el muchacho y la muchacha. Pero, ¡qué poco saben de él, de su inmensidad, de su condición inmortal e insondable! Amar es percibir la eternidad.

Qué cosa extraordinaria es la relación, y con qué facilidad caemos en el hábito de una relación particular, donde las cosas se dan por sentadas, donde se acepta la situación y no se tolera variación alguna; no se da cabida a ningún movimiento hacia la incertidumbre, ni siquiera por un segundo. Todo está tan bien regulado, asegurado, sujeto, que no hay oportunidad ninguna para la frescura, para un claro soplo revivificante de primavera. Esto y más es lo que llamamos relación. Si observamos atentamente, vemos que la relación es algo mucho más sutil, más rápido que el relámpago, más inmenso que la tierra, porque la relación es vida. Nuestra vida es conflicto. Nosotros queremos hacer de la relación algo tosco, rígido y maniobrable. Y así pierde su fragancia, su belleza. Todo esto surge porque no amamos, y el amor, es, desde luego, lo más grande de todo, porque en él tiene que existir la completa entrega de uno mismo.

Lo esencial es la cualidad de lo fresco, de lo nuevo, o de lo contrario la vida se convierte en una rutina, en un hábito; y el amor no es un hábito, una cosa aburrida. La mayoría de la gente ha perdido la capacidad de maravillarse. Lo da todo por hecho, y este sentido de seguridad destruye la libertad y la sorpresa de la incertidumbre.
Proyectamos un futuro muy distante, lejos del presente. La atención necesaria para comprender, está siempre en el presente. En la atención siempre existe un sentido de inminencia. Tener claridad con respecto a las propias intenciones implica una tarea muy ardua; la intención es como una llama, instándolo a uno incesantemente a comprender. Sea clara en sus intenciones y verá que las cosas salen bien.

Tener claridad en el presente es todo lo que se necesita, pero no es tan fácil como suena. Uno tiene que desbrozar el campo para la nueva semilla, y una vez que ésta se planta, su propia fuerza y vitalidad crean el fruto y la semilla siguiente. La belleza externa jamás puede ser permanente, se estropea siempre si no existen el deleite y la dicha internos. Nosotros cultivamos lo externo, y prestamos muy poca atención a lo que ocurre bajo la piel; pero lo interno se impone siempre a lo externo. Es el gusano dentro de la manzana el que destruye la frescura de la manzana.
Se requiere gran inteligencia para que un hombre y una mujer que viven juntos se olviden de sí mismos, no se sometan el uno al otro ni se dominen mutuamente. La relación es la cosa más difícil que hay en la vida.

Qué extrañamente susceptible es uno a una atmósfera; necesita un ambiente amigable, un sentimiento de atención cálida en el cual pueda florecer libre y naturalmente. Muy pocos tienen esta atmósfera, por eso casi todos están empequeñecidos, tanto en lo físico como en lo psicológico. Estoy muy sorprendido de que usted haya sobrevivido sin corromperse en esa atmósfera peculiar. Uno puede ver por qué no fue usted totalmente destruida, por qué no se manchó ni se doblegó; en lo externo se adaptó lo más rápidamente que pudo, y en lo interno se adormeció. Es esta insensibilidad interna la que la salvó.

Si se hubiera permitido ser sensible, internamente abierta, no hubiera podido soportarlo y entonces habría existido un conflicto que la habría quebrantado con las huellas consiguientes. Ahora que está internamente despierta y clara, no tiene conflicto alguno con la atmósfera que la rodea. Es este conflicto el que corrompe. Usted permanecerá siempre libre de cicatrices si internamente está muy alerta y despierta y se adapta con afecto a las cosas exteriores.

Muy pocos se dan cuenta de sus cambios internos, de sus retrocesos, conflictos y distorsiones. Incluso si se dan cuenta, tratan de hacerlos a un lado o escapan de ellos. No haga eso. No creo que lo haga, pero hay un peligro en vivir demasiado estrechamente en contacto con los propios pensamientos y sentimientos. Uno tiene que percatarse de ellos sin ansiedad, sin presión ninguna. En su vida ha tenido lugar la verdadera revolución, usted debe estar muy atenta a sus pensamientos y sentimientos –déjelos salir, no los controle, no los detenga. Déjelos que se viertan hacia fuera, tanto los apacibles como los violentos, pero esté alerta a ellos.
¿Está ocupada con lo que son sus deseos, si es que tiene algunos? El mundo es un buen lugar; nosotros lo hacemos todo para escapar de él por medio de la adoración, de la plegaria, de nuestros amores y temores. No sabemos si somos ricos o pobres, jamás hemos investigado a fondo dentro de nosotros mismos para descubrir “lo que es”. Existimos en la superficie, satisfechos con tan poco y sintiéndonos dichosos o desdichados por cosas tan pequeñas. Nuestras mentes mezquinas tienen problemas mezquinos y respuestas mezquinas, y así consumimos nuestros días. No amamos, y cuando lo hacemos es siempre con miedo y frustración, con dolor y anhelos.

Estuve pensando en lo importante que es ser inocente, tener una mente inocente. Las experiencias son inevitables, tal vez necesarias; la vida es una serie de experiencias, pero la mente no necesita cargarse con sus propias exigencias acumulativas. Puede lavarse de cada experiencia y mantenerse inocente –sin carga alguna. Esto es importante, de lo contrario la mente nunca puede ser fresca, alerta y flexible. El problema no es “cómo” mantener flexible la mente; el “cómo” es la búsqueda de un método, y el método jamás puede traer inocencia a la mente; puede volverla metódica, pero nunca inocente, creativa.

Comenzó a llover ayer por la tarde, ¡y cómo diluvió durante la noche! Jamás he escuchado nada como esto. Fue como si se hubieran abierto los cielos. Con ello había un silencio extraordinario, el silencio de un peso inmenso derramándose sobre la tierra.

Es siempre difícil mantenerse sencillo y claro. El mundo adora el éxito, cuanto más grande, mejor; cuanto más grande es el auditorio, más grande se considera que es el orador; los colosales superedificios, los automóviles, los aviones y la gente. Se ha perdido la sencillez. Las personas exitosas no son las que están construyendo un mundo nuevo. Para ser un verdadero revolucionario se requiere un cambio completo de corazón y de mente, ¡y qué pocos son los que quieren liberarse! Cortamos las raíces superficiales; pero cortar las raíces profundas que alimentan la mediocridad, el éxito, requiere algo más que palabras, métodos, compulsiones. Parece haber muy pocos, pero ellos son los verdaderos constructores –el resto se esfuerza en vano.

Uno se está comparando perpetuamente a sí mismo con otro, con lo que uno es, con lo que debería ser, con alguien que es más afortunado. Esta comparación mata realmente, es degradante, pervierte la propia perspectiva de la vida. Y a uno lo han educado en la comparación. Toda nuestra educación se basa en eso, y del mismo modo nuestra cultura. En consecuencia, hay una perpetua lucha por ser otra cosa que lo que uno es. La comprensión de lo que uno es, descubre la creatividad, pero la comparación genera competencia, crueldad, ambición, lo cual pensamos que produce progreso. El progreso sólo ha conducido hasta ahora a más guerras despiadadas y desdichas de las que el mundo haya conocido jamás. La verdadera educación consiste en educar a los hijos sin comparación alguna.

Parece extraño estar escribiendo, parece tan innecesario. Lo que importa está aquí y usted está allá. Con las cosas reales es siempre así, es tan innecesario escribir sobre ellas o hablar de ellas; y en el mismo acto de escribir o hablar, sucede algo que las corrompe, que las estropea. ¡Hay tantas cosas que se dicen aparte de la cosa real! Este impulso de realizarse que arde en tanta gente, en pequeña medida y en gran medida… Este impulso puede satisfacerse de un modo u otro, y con la satisfacción, las cosas más profundas se desvanecen. Eso es lo que ocurre en la mayoría de los casos, ¿no es así? La satisfacción del deseo es un asunto muy insignificante, por placentero que pueda ser. Pero con la satisfacción del deseo, como éste continúa satisfaciéndose a sí mismo, sobrevienen la rutina, el aburrimiento, y la cosa real desaparece. Es esta cosa real la que tiene que perdurar, y la maravilla de eso es que lo hace así si uno no piensa en satisfacerse, sino que ve las cosas exactamente como son.

Muy raramente estamos solos; siempre con la gente, con pensamientos que se agolpan en nosotros, con esperanzas que no han sido satisfechas o que van a serlo, con recuerdos. Es esencial que el hombre esté solo para no ser influido, para que ocurra en él algo incontaminado. Para esta soledad creativa parece no haber tiempo, hay demasiadas cosas por hacer, demasiadas responsabilidades, etc. Se vuelve una necesidad aprender a estar quieto, a encerrarse uno en su habitación, a dar un descanso a la mente. El amor es parte de esta soledad. Ser sencillos, claros, estar internamente quietos, es tener esa llama.

Puede que las cosas no sean fáciles, pero cuanto más le pide uno a la vida, más terrible y dolorosa se vuelve ésta. Vivir sencillamente, libre de influencias, aunque todo y todos estén tratando de influir sobre uno, vivir libre de los cambiantes estados de ánimo y de las exigencias en constante variación, no es fácil, pero sin una vida profundamente quieta en lo interno, todas las cosas son vanas e inútiles.

¡Qué claro es el cielo azul, qué vasto, intemporal y sin espacio! La distancia, el espacio es una cosa de la mente; el aquí y el allá son hechos, pero se convierten en factores psicológicos con el impulso del deseo. La mente es un fenómeno extraño. Tan compleja y, no obstante, tan simple en esencia. Se vuelve compleja por las múltiples compulsiones psicológicas. Esto es lo que ocasiona conflicto y dolor: la resistencia y las adquisiciones. Es arduo estar atento y dejarlas pasar de largo sin quedar enredado en ellas. La vida es un río inmenso que fluye. La mente atrapa en su red las cosas de este río, descartando y reteniendo. No tiene que haber red. La red es del tiempo y del espacio; la red es la que crea el aquí y el allá; la dicha y la desdicha.

El orgullo es una cosa extraña; orgullo en las cosas pequeñas y en las grandes cosas; orgullo en nuestras posesiones, en nuestros logros, en nuestras virtudes; orgullo de la raza, del nombre y de la familia; orgullo en la capacidad, en la apariencia, en los conocimientos. Hacemos que todas estas cosas alimenten el orgullo, o escapamos hacia la humildad. Esta no es el opuesto del orgullo –sigue siendo orgullo, sólo que lo llamamos humildad; la conciencia de ser humilde es una forma de orgullo. La mente tiene que ser “algo”, lucha por ser esto o aquello, nunca puede hallarse en un estado de ser nada. Si la nada es una nueva experiencia, entonces la mente debe tener esa experiencia –el intento mismo de hallarse silenciosa es otra adquisición más. La mente tiene que ir más allá de todo esfuerzo. Sólo entonces…

Nuestros días están tan vacíos que se llenan con actividades de toda clase: negocios, especulación, meditación, pena y alegría. Pero a pesar de todo esto, nuestras vidas están vacías. Despójese a un hombre de la posición, del poder o del dinero, y ¿qué es él? Externamente, tenía toda esa ostentación, pero internamente es superficial, está vacío. Uno no puede tener ambas riquezas, la interna y las otras. La plenitud interna importa mucho más que lo externo. Uno puede ser defraudado por lo externo, los acontecimientos externos pueden destrozar lo que hemos construido cuidadosamente; pero las riquezas internas son incorruptibles, nada puede afectarlas, porque no han sido producidas por la mente.

El deseo de realizarse es muy fuerte en la gente, que lo persigue a cualquier costo. Esta realización personal, en todas las formas y en cualquier dirección, es lo que nos sostiene a la inmensa mayoría de nosotros; si fracasamos en una dirección, tratamos de realizarnos en otra. Pero, ¿existe una cosa como la realización? El realizarse puede traer consigo cierta satisfacción, pero ésta se desvanece pronto y otra vez estamos a la caza de algo nuevo. En la comprensión del deseo llega a su fin todo el problema de la realización. El deseo implica esfuerzo por ser, por devenir, y con la terminación del devenir desaparece la lucha por realizarse.

En las montañas uno tiene que estar solo. Debe ser encantador tener lluvia en medio de las montañas y ver caer las gotas en el plácido lago. Sentir como brota el olor de la tierra cuando llueve, y después escuchar el croar de las numerosas ranas. Hay un extraño encantamiento en los trópicos cuando llueve. Todo queda bañado y limpio; la lluvia lava el polvo sobre la hoja; los ríos reviven y se oye el ruido de los torrentes. Los árboles lanzan brotes verdes, donde había tierra desnuda surge la nueva hierba silvestre; miles de insectos salen de ninguna parte y el suelo reseco se alimenta y la tierra se ve satisfecha y en paz. El sol parece haber perdido su cualidad penetrante y la tierra se ha vuelto verde, un lugar de belleza y abundancia. El hombre sigue labrando su propia desdicha, pero la tierra es rica una vez más y hay encantamiento en el aire..."

J. Krishnamurti

"Camina placido entre el ruido y la prisa, y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.

En cuanto sea posible, y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas.

Enuncia tu verdad de una manera sana y clara; y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante; también ellos tienen su propia historia. 

Esquiva a las personas ruidosas y agresivas, pues son un fastidio para el espíritu.

Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado; pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú. 

Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes. 

Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea; ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos. 

Sé cauto en tus negocios; pues el mundo está lleno de engaños. 

Mas no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe; hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales; y en todas partes la vida está llena de heroísmo. 

Sé sincero contigo mismo. En especial, no finjas el afecto. Y no seas cínico en el amor; pues, en medio de todas las arideces y desengaños, es perenne como la hierba. Acata dócilmente el consejo de los años, abandonando con donaire las cosas de la juventud.

Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja en las adversidades repentinas. 

Mas, no te acongojes con imaginaciones. 

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad. 

Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo. 

Tú eres una criatura del universo, no menos que las plantas y las estrellas; tienes derecho a existir. 

Y, sea que te resulte claro o no, indudablemente el universo marcha como debiera. Por eso, debes estar en paz con Dios; cualquiera que sea tu idea de Él; y, sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones, conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida. 

Aún con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía hermoso. 

Se cauto. Esfuérzate por ser feliz."

Hacer un Amigo es una Gracia
Tener un amigo es un Don
Conservar un Amigo es una Virtud
Ser un Amigo es un honor.

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